Quehaceres

Durante la semana fui anotando, cual lista de supermercado, las cosas que debia hacer el fin de semana. A veces parece que si uno escribe las cosas es como que se pone mas firme. Como que reafirma y confirma que esas cosas no solo deben ser hechas sino que seran hechas. Tipicas cosas que debes hacer pero que te da muuucha fiaca, esas que como los papeles en la bandeja de "archivar" de la oficina dejas siempre para despues, para el viernes, para el lunes, para el otro viernes, para el otro lunes. Esas cosas que por h o por b te rompe las bolas hacer pero que tenes que hacer. Esas que escribiste en la lista de la semana anterior y de la otra y de la otra y seguramente vas a escribir en una posible lista de la semana proxima y de la que le sigue. Y asi anote planchar, comprar el repuesto para el cepillo de dientes, planchar, depilarme, hacerme manos y pies, planchar, ordenar la casa, hacer un par de llamados y mandar un par de mails, planchar. Y no. Ni compre el repuesto del cepillo, ni me depile, ni pase la barrealfombra, ni me hice las manos ni los pies y obviamente jamas, nunca planche.
Planchar, la palabra rebota tanto en mi cabeza que ya me esta dando dolor. Hace mas de dos semanas que solo escucho planchar, planchar, planchar y eso pq la ropa se acumula se acumula se acumula. Claro, lavar es muy facil. Uno se saca la ropa y plin caja directo al lavaropas. Hasta casi canchereando. Entre doblar y guardar en el placard o encestar en el lavaropas la opcion es siempre la ultima. Lo terrible de lavar es que despues hay que planchar. Claro, pq la contracara del verano son las polleritas y pantaloncitos diviiiiiiiiinos de lino. Los metes en el lavaropas y salen como papiros. Y las remeritas y blusitas haaarmosas. Pero todo hay que plancharlo, todo. Y yo ODIO planchar. Mira que yo sali bastante hacendosita para las cosas de la casa, pero planchar...ese es mi limite.
Hacerme un cafe, entrar por vez quinienta al website a, al b, al c, al x y al y, cualquier website, leer dos paginas del libro, mirar medio DVD, ir a la cocina, volver, ir al banio a chequear el granito, hablar por telefono, ir al gym, volver, ir al super, volver, salir a tomar algo con una amiga, volver. Ir y venir y volver y esquivar a cada paso, esquivar en cada pensamiento la realidad que golpea la puerta del placard, que mejor dicho esta tirando abajo el placard porque la ropa para planchar es como una perdida en el canio mayor de agua de un edificio que esta por explotar: la presion ya es insostenible. Y hasta escribir este post es otra opcion para postergar lo impostergable. Desde donde estoy sentada puedo ver y casi escuchar una parva de ropa que sadicamente se esta cagando de risa pq sabe que de hoy no puede pasar.Y yo esto ya lo pase. Domingo, 11 de la noche, y antes que expire el dia resignadamente me pongo a planchar. Es asi.